Hacía mucho tiempo que no pintaba un paisaje. Tuve una época que me atraían mucho... Así que pensé en seguir experimentando con las tintas pero a partir de otro motivo. Pienso que damos por hecho que la pintura de un rostro o una figura humana serán los elementos plásticos más directos para motivar una respuesta en el espectador. Pero creo que todo depende de cómo esté cualquier elemento expresado en la obra. Un paisaje puede despertar muchas emociones, lecturas sutiles, incluso recuerdos personales. En definitiva puede ser un género muy potente para remover al espectador. Eso es lo que voy a intentar con una serie de paisajes a tinta china. De esta obra una de las cosas que más me gusta es el contraste de la delicadeza de las manchas de color que se funden y la oscuridad no totalmente densa pero casi, del fondo. Hay mucha luz y hay mucha oscuridad. Pero de momento equilibrados.
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